Esta es mi última semana de trabajo, y (creo) mi primer post desde él este verano. Me refiero a "desde él", porque sobre él si os he hablado en más ocasiones.
Ahora, cuando quedan dos días para acabar, puedo decir, a tiempo vista, que no ha estado tan mal, pero tampoco, y he de ser sincero, ha sido mi mejor verano. Reconozco que he tenido muchas satisfacciones, como hacer llorar de la alegría a "La Concha de Matías", o entrevistar a Vinila von Bismark, o ver publicado mi pequeño estudio sobre la evolución de Darwin en Granada, que me hizo mucha ilusión; mis páginas dobles sobre hoteles con encanto y balnearios (con sus respectivos regalitos que aún no he gastado)
Pero también se deben confesar los días cruzados, esos en los que no sólo no te apetecía levantarte de la cama, sino que tampoco tenías cuerpo de cuadrar maqueta, pensar titulares o textos ingeniosos y mucho menos exponerte a críticas (que aunque reconozco que es lo mejor para aprender) hay días que sientan como una verdadera pata en el estómago.
Y hoy he decidido escribir esto desde el mismo ordenador sobre el que he escrito casi todos los días del verano, pero hoy la diferencia es que escribo pensando más en mí que en el lector (que también os tengo mucho aprecio eh!).
Ahora toca un tiempo de cambio, un septiembre lleno de nervios por empezar una vida nueva, pero también un septiembre para descansar un p0co y para concluir proyectos personales, no quiero que suene enigmático, no es nada del otro mundo, pero a veces, uno necesita unas semanitas de descanso, y cuando se consiguen, se agradece!
1 comentario:
Pues al cesar lo que es del césar: a descansar y a dedicarte tiempo pa tí.
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