11.4.09

Hechizo Maya

El pasado martes volví de mi comentado Viaje Fin de Carrera.
El lugar elegido: la Riviera Maya. Como dije iba con mucha ilusión por mil y una cosas, pero lo que me encontré allí ha sido mucho mejor de lo esperado. Después de unos días de descanso, os resumo:

El hotel, un resort "todo incluido" con pulserita, era magnífico. Muchos buffets, muchas piscinas, mucha marcha y mucha playita y piscina, con su barra en el agua y su música bailable y todo.
Pero más allá del hotel, el montón de cosas que he hecho y que he visto ha sido lo que ha hecho que el viaje valga la pena.

Por una parte, mi lado aventurero. He paseado en bicicleta por la selva para escalar la única ruina Maya a la que se puede subir. (Cobá). He hecho tirolina (allí denominada Tirolesa), hemos montado en canoa, nos hemos lanzado sobre un cenote y tras nadar en él hemos comido en un genuino poblado maya (Tankah). Además hice buceo con snorkel y con escafandra en el acuario natural más grande del mundo (Xel·Ha).
Todo esto para mí, que hasta ahora no había sido muy aficionado al tursimo activo ha sido gratificante. Me ha gustado mucho descubrir de cerca las mantas-rayas y poder ver claramente (a veces, porque se me empañaban las gafas) el fondo marino.

Y la parte activa se ha complementado perfectamente con las excursiones culturales. En Cobá, ya citada arriba pudimos ver desde arriba toda la selva de la península del Yucatán y descubrir los observatorios geográficos y las perfectas carreteras que eran capaces de construir los mayas a través de la selva ¡¡¡en línea recta durante más de 150 kilómetros!!!.
Otro día visitamos Tulum, una ciudad amurallada que hacía las funciones de puerto dónde se podía ver claramente la estratificación social Maya, y donde aún quedan en pie muchos edificios de la época, incluso con detalles graciosos e interesantes.

Y por último y como colofón final fuimos hasta Chichen Itza, el emblema por antonomasia del mundo Maya, un lugar mágico, encantador, increíble, indescriptible...
Vimos de cerca la gran pirámide de Kukulcan, el juego de pelota, el templo de los guerreros, descubrimos sus propiedades sonoras, quedando literalmente alucinados con los juegos de eco que posee el recinto. Aquí os añado un video donde se puede comprobar.



En el video aparece el grupo de gente con el que iba dando palmas hacia la pirámide, que devuelve el sonido de la palmada convertido en un piar del pájaro sagrado maya, Kukul. Fijaos bien como suena un extraño pájaro tras las plamas, ¡eso era el sonido que devolvía la piramide, por el citado juego de ecos!

En general el viaje ha sido fantástico. Incluso las 10 horas y media de vuelo hacia allí y las 9 de vuelta, aunque cansadas, confieso que me han parecido poco en comparación con todo lo que he vivido.
Por supuesto que me tome unos tequilas a la salud de todos y aunque no he cogido el moreno deseado, tampoco me he achicharrado vivo como otra gente. Además he sido una de las tres únicas personas que comió en el poblado maya (en Tankah) y no se puso mala, por lo tanto he podido comer de todo lo que he querido en el viaje, aprovechando para conocer mejor la comida de Quintana Roo (el estado de México donde nos encontrábamos) y pudiendo disfrutar las noches en las que había marcha.

Un balance más que positivo para una semana irrepetible y en la que me lo he pasado como nunca.

4 comentarios:

Galia dijo...

Menudo viaje que te has pegado, eh? Me han entrado unas ganas tremendas de que lleguen mis vacaciones...
Un beso,

Galia.

el Shysh dijo...

Vaya con los estudiantes de hoy en día. Menudos viajecitos os pegáis. Y lo próximo que, un par de años de Erasmus??? La envidia habla.

M_ n_ _l dijo...

Te voy a poner los dientes largos Shysh!
Lo próximo un viaje relámpago a París y este verano, si Dios (y mis padres) quieren a Gales, a seguir estudiando!

Carabiru dijo...

:D
Qué envidiaaaaaaaaa!!!!

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