3.4.10

Crítica: El rey ha muerto. Larga vida al rey

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FOREVER. The king of pop

Del 13 de marzo al 25 de abril. Teatro Lope de Vega.

Cuando las luces descienden, una voz reverbera casi de ultratumba para recordarnos que apaguemos los teléfonos móviles… desde ese momento, es imposible escapar del apasionante mundo que se crea en torno a la figura de Michael Jackson. Dos horas y media que nos hacen revivir lo que podría haber sido un concierto plagado de grandes éxitos del ídolo norteamericano, aderezado con toques góspel para explicar la procedencia y las raíces musicales del mito. Jacko, interpretado por tres imitadores, revive para ponerse de nuevo frente a sus seguidores, que encuentran en Forever, The King of pop, el homenaje que nunca se rindió a esta estrella.

Es irremplazable; ha dejado un hueco incapaz de llenar con sucedáneos y sucesores; y eso, mal que nos pesé, es el punto de partida. Pero la pretensión del espectáculo es honrar su memoria, y nada como hacerlo a través de un repaso por todos sus grandes éxitos, desde sus inicios con los Jackson5, hasta los últimos coletazos de un genio venido a menos por culpa de los escándalos que siempre lo rodearon.

“¿Who´s Bad?”. El buenrollismo fluye a raudales. O eso se pretende. Entre espectacular y otro más espectacular número de baile, se entremezclan frases como “antes de juzgarlo, trata de amarlo” o “todos visteis su infancia” con el fin de hacer partícipe al espectador de que las excentricidades de Jacko eran propias e intrínsecas de un genio de su categoría. Esta moralina que se deja entrever a lo largo de la producción desvirtúa en ciertos momentos la general puesta en escena grandilocuente y divertida, que es sin duda la que más gusta al público, deseoso de ver al cantante contoneándose “en vivo” o escenificando alguno de aquellos videos que crearon escuela.

Estructurado en dos partes, la primera aborda los grandes éxitos de Jackson donde no faltan temas como “Bad”, “Thriller” o “Beat It”. Sin duda ésta es la parte más espectacular puesto que a través de 40 personas que componen el elenco de artistas sobre el escenario, se recrean actuaciones que abordan desde los horteras años setenta hasta lo más futuristas propuestas sin olvidar los carismáticos zombies de “Thriller”. En la segunda parte del espectáculo, aunque también se incluyen movidas canciones como “Smooth Criminal”, se pretende acercar al público las raíces musicales del cantante a través de un coro góspel que revisa los éxitos que la música negra ha exportado al mundo. Se configura como una parte un poco más densa, puesto que la espectacularidad ahora radica en las voces más que en la escenografía.

También hay espacio, al final de esta segunda sección, para recordar la vena más “ecologista” de Jacko. A través de recurrentes alegorías, se apela al cuidado del mundo que nos rodea, ideas de las que hizo gala el rey del pop en sus últimas incursiones mediáticas. La propuesta acaba con una emotiva “We are the World” que aunque intenta ser el broche de oro del espectáculo, queda empañada por las enérgicas canciones que la compañía regala en los bises que piden los fans ávidos de seguir escuchando canciones de su ídolo.

Gran elenco. Los imitadores de Jacko son tres - el imitador corporal Fran Jackson (no canta), Mampuele, y Koldo Jacson - y consiguen hacer por momentos que creas que el rey sigue vivo y que ha decidido pisar la gran vía madrileña para arrastrar sus pies por las tablas del Lope de Vega. Incluso se atreven a recordar los inicios del pequeño Jacko con una sorpresa que alegra el final.

Pero quien se lleva la palma en esta ocasión son los cantantes y bailarines, que de verdad llevan el peso de la actuación marcando los ritmos y animando las coreografías del ídolo. Unas voces que emulen perfectamente los gorgoritos de Jackson y que aguantan las embestidas de canciones tan complejas como las que encumbraron al rey a su trono.

Sin lugar a dudas, genial la puesta en escena y las coreografías que recuperan, revitalizan y aprovechan al máximo los famosos pasos de baile que marcaron una época en la historia de la música. Sin duda, el moonwalk gana muchísimo en las distancias cortas.

Un tributo hecho a medida de un momento en el que se demanda la figura de Michael Jackson, tanto por aquellos fans que comienzan a echarlo de menos, como por aquellos curiosos que desean acercarse a una de las figuras claves de la historia de la música contemporánea. Está claro que aunque el rey haya muerto, aún sigue muy vivo.

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