2.11.10

Esto es Telebasura y Periodismo

Resumen del libro Telebasura de Carlos Elías Pérez

Al término telebasura se le viene aplicando la concepción de “Una forma de hacer televisión caracterizada por explotar el morbo, el sensacionalismo y el escándalo como palancas de atracción de audiencias”, y se define también por “Los temas que aborda, los personajes que exhibe y coloca en primer plano y, sobre todo, por el enfoque distorsionado al que recurre para tratar dichos asuntos y personajes”, aunque es mucho más sutil, puesto que también se puede considerar telebasura la emisión de escenas o ideas escabrosas para atraer la atención. Pero es muy difícil saber en donde se encuentra la frontera entre lo que es realmente telebasura y lo que no. Cabe destacar la diferenciación de dos tipos de telebasura:

- Telebasura fabricada: que tiene su origen en el mismo proceso de producción de los contenidos. Se crea basura con mera rentabilidad económica.

- La telebasura desvelada: Es la que existe como tal pero es emitida integra en la televisión

Entre ambas “modalidades” es muy difícil percibir las diferencias, y mucho más para la sociedad que ve la televisión como método para relajarse, este es el motivo principal (además de lo barato que es producir este tipo de contenido) por el cual prolifera la telebasura porque otorga al espectador la tranquilidad de comprender que esta pasando, lo divierte y lo entretiene y no lo hace pensar en cosas más profundas o difíciles de comprender. Al mostrar los contenidos más superfluos como los más importantes, los realmente relevantes quedan relegados a un segundo plano de importancia social, por lo que la telebasura en sí hace que el propio espectador se encuentre encerrado una realidad llena de trivialidades sin apenas percibir que la verdadera realidad tiene otra cara mucho menos amable o divertida, pero también más autentica. Hay varios formatos en los que suele presentarse la telebasura:

1) La Telerrealidad (Reality Show): mostrar “una realidad que se crea de forma artificial y que luego se muestra en directo”. Esto se considera telebasura si sigue los parámetros establecidos (morbosidad, trivialidad, personajillos…) Esta realidad falsa, repetida a diario, se convierte en real en la mente del telespectador. Estos programas suelen ser baratos de producir y rentables a la hora de audiencias.

2) Los talk show: Programas en los que hablan una serie de invitados sobre algún tema concreto.

3) La crónica rosa, negra, amarilla y roja: Con todos estos nombres se denomina la vertiente del periodismo más apegada a la telebasura. Inclusota telebasura a afectado a ámbitos como la política, haciendo que hasta los políticos amolden su figura, discursos y representaciones a los modos que la telebasura hacen que predominen en los medios de comunicación. El propio periodista escrito fue la puerta de acceso de los contenidos basura a la televisión, viendo que tenían “tirada” la prensa rosa, o la amarilla (en Londres) se estableció que eran temas que interesaban al público y no se dudo al trasladarlo a la pantalla para satisfacer unas (falsas) ganas del telespectador de conocer sobre dichos temas, pero lo que se estaba haciendo era “confundir el interés público con el morbo público”,es decir, a la gente le interesaba el morbo que suscitaban dichos temas y no la importancia que estos iban a tener en su vida (éste tipo de información, la relevante, es la que promueven los medios serios y los informativos a la hora de transmitir la información. Pero el periodismo sensacionalista, que algunos creen que benefició el paso del periodismo más serio al más cercano al publico, acompaña al mundo de la comunicación casi desde sus inicios, ya Joseph Pulitzer (prestigiosos periodista, el de los premios) define muy acertadamente las características del sensacionalismo en periodismo:

1) Énfasis en los personajes y en lo personal

2) Preferencia de las noticias triviales frente a las importantes

3) Uso preferente de un lenguaje coloquial

Pero en éste caso no se deben confundir telebasura con noticias basura, es decir, las noticias pueden ser “una mierda” (con perdón) pero no serán basura, podrán ser tachadas de partidista, mal redactadas, perjudiciales para el medio ambiente, pero si tratan temas que repercuten y son importantes en la vida social y personal de la población serán tan validad como las más serias y concienzudas. Es decir, se podrá tildar a un informativo de parcial o imparcial, pero, mientras no trate los temas con morbo, jocosidad, trivialidad, no se le podrá tachar de informativo basura.

El cotilleo sobre personas famosas, en sus dos vertientes, suave o fuerte, no se considera periodismo, debido a que la mayoría de sus fuentes cobran y no se trata de revelar nimiedades ni de entretener al público, sino que en el periodismo real se debe informar con veracidad, decisión y “necesidad” es decir, de temas que interesen más allá de las vicisitudes personales de un individuo, y aunque dicho cotilleo este disfrazado con periodistas, entrevistas, fuentes reveladoras e incluso con sombreros y gabardinas no será periodismo real hasta que no utilice un tratamiento y una información como corresponde a tal género.

Esta utilización de la telebasura puede estar influida por la necesidad de conseguir audiencia, incitadas por empresarios para conseguir más share, para mostrara como contrarrestar esto se nos muestra en el libro el caso de la BBC británica, que según Elías Pérez es el modelo de televisión pública idóneo para seguir, costeado con un canon en las televisiones, se puede permitir ejercer de verdad la idea inicial de “control del poder” de la información, llegando incluso a tener enfrentamientos entre su director de informativos y políticos ingleses. En nuestro país, el nacimiento de la televisión durante un régimen como el franquista propicio que se formara un modelo constitutivo que beneficiaba y sigue beneficiando al grupo que se encuentra en el poder, y, en vez de intentar cambiar esta situación es más sencillo continuar como siempre, pero que parezca que lo intentan cambiar poco a poco; además TVE está influida también debido a que se costea en cierta parte de la publicidad, lo que la oprime más aún.

Además debemos hablar sobre la profesión de los periodistas en referencia ala telebasura. Los medios de comunicación, incluso en sus informativos, ahora, apuestan por un modelo más “mecánico” de información, por lo que el oficio de periodista se ha convertido en una rutina que se basa en las ruedas de prensa y en los comunicados para mostrar los datos, ya no se indaga y se buscan noticias interesantes. Además, los denominados periodistas y colaboradores del corazón, ni tiene carrera ni estudios versados sobre periodismo lo que debilita aún más tanto la idea que la sociedad tiene de los periodistas, como la moral de estos mismos al descubrir que casi cualquiera puede “quitarles el puesto”, esto favorece a la contratación precaria de profesionales de la información que cobran menos y trabajan más. Estos nuevos periodistas-robot, en cierto sentido, son creados ya en la universidad actual, que, además de proliferar de manera incorrecta (falta de plazas, de buenos profesores, creación de pseudocarreras, etc) puesto que se pretenden que aprendan las nuevas tecnologías y los nuevos formatos pero no se valora que el propio estudiante reflexiones sobre temas periodísticos ni tome conciencia real de lo que significa esta profesión; el único contacto que posee con el trabajo son las prácticas que solo sirven para explotarlo y utilizarlo a favor de la empresa que lo “acoge”

4) El Docu – show: se trata de un reportaje o documental informativo que puede incorporar algunas técnicas polémicas como la cámara oculta o la simulación para que el espectador sea más consciente de la realidad. Este tipo de documentales, bien realizados pueden ser considerados como la esperanza para el periodismo en televisión, puesto que deberían mostrar temas importantes de relevancia social. Los creados hasta ahora han gozado de buena aceptación y audiencia, algunos de ellos incluso con polémica orlo que apostar por un formato informativo de calidad pero utilizando nuevos métodos y maneras podría ser la solución que hiciera que el periodismo tal y como lo conocemos no se degradara paulatinamente hasta quedar convertido en palabrejas manchadas de corrupción, sangre, y escándalos, como recién sacado de una película de los años 50; de esas buenas, en blanco y negro.

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