Lo mejor escondido es lo que está a la vista de todos, por eso Isabel, como otras muchas personas habían hecho antes, llevaba aquel extraño colgante en el cuello. Una placa circular de plata que contenía tres simples letras grabadas AAA. Algunos pensareis que son únicamente iniciales, otros diréis que son letras al azar, y algunos, lo mas ingeniosos, incluso dirán que pueden ser meras letras de propaganda de cualquier marca. Pero la historia de aquel colgante era mucho más interesante que todo ésto y ni siquiera la portadora del amuleto conocía su fuerte poder.
···
La muchacha, una fría tarde, paseando por el centro de Granada encontró en una concurrida plaza un mercadillo donde se vendían toda clase de cosas antiguas, desde enormes cuadros a pequeños y extraños objetos y cachivaches (la mayoría diríamos chismes), aunque bonitos, inservibles. Al acercarse a uno de esos puestos chocó con un alto muchacho que se alejaba de él, pero Isabel, sin darle importancia, fijó rápidamente su mirada en un precioso colgante antiguo que había dentro de una caja de latón, medio oculto entre todas las demás alhajas de distintos materiales y diseños que estaban dentro.
En seguida quedó prendada de él, y aunque dudaba de las indicaciones del vendedor, que aseguraba que el colgante era mágico y de la edad media, no dudo en comprarlo. Tras regatear con el tendero consiguió una inmejorable oferta y acepto y no esperó ni un minuto para ponérselo.
“Será psicológico - pensó la joven - pero me siento mejor con él puesto”.
En seguida quedó prendada de él, y aunque dudaba de las indicaciones del vendedor, que aseguraba que el colgante era mágico y de la edad media, no dudo en comprarlo. Tras regatear con el tendero consiguió una inmejorable oferta y acepto y no esperó ni un minuto para ponérselo.
“Será psicológico - pensó la joven - pero me siento mejor con él puesto”.
Tras pasear un rato por el bello centro de la ciudad decidió regresar a casa.
Sentada en la parada del autobús recordó al muchacho con el que se había cruzado en el puesto. Aunque apenas lo había visto, y mucho menos reparado apenas en él, su borrosa imagen no se diluía de su mente y sus rasgos difusos inundaban sus pensamientos. El autobús llegó y tras dejar pasar a una anciana, subió al vehículo cuyo conductor, apresurado, y viendo que no quedaba nadie en la parada, puso en marcha.
Ella, en ese momento, no estaba ni sujeta ni preparada para el acelerón, y además se giraba para mirar hacia adelante, por lo que perdió el equilibrio y empezó a caer de espaldas. Justo antes de caer al suelo alguien la cogió por la cintura y quedó suspendida en el aire como un buen final de tango. Cuando comprobó quien la había cogido, todo a su alrededor se paró. Era el joven del puesto.
Sentada en la parada del autobús recordó al muchacho con el que se había cruzado en el puesto. Aunque apenas lo había visto, y mucho menos reparado apenas en él, su borrosa imagen no se diluía de su mente y sus rasgos difusos inundaban sus pensamientos. El autobús llegó y tras dejar pasar a una anciana, subió al vehículo cuyo conductor, apresurado, y viendo que no quedaba nadie en la parada, puso en marcha.
Ella, en ese momento, no estaba ni sujeta ni preparada para el acelerón, y además se giraba para mirar hacia adelante, por lo que perdió el equilibrio y empezó a caer de espaldas. Justo antes de caer al suelo alguien la cogió por la cintura y quedó suspendida en el aire como un buen final de tango. Cuando comprobó quien la había cogido, todo a su alrededor se paró. Era el joven del puesto.
6 comentarios:
Esto se pone interesante...,. Qué pasa luego, ¿eh? Qué pasa.
mmm...cuando sera la proxima entrega,eh,eh,eh :)
besicosssss
benga, benga, bengaaaaaaa
que pasa luego???????
Pues yo pensaba que el tío del puesto era el conductor del autobus.
Saludos
yo también pensaba que era el conductor...
(y luego no queires poner nada en P.M. ¬¬ )
besitoooos :**
Uhm... Yo también tengo un colgante con el que me siento mejor cuando lo llevo puesto... Qué cosas...
Un besito
P.D. Eso, venga, ¿cómo sigue? :D
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